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"Una maravillosa sincronía": Entrevista al dúo Ricardo Gallo/Juanita Delgado


En el año 2014 nació este dúo, conformado por el pianista y compositor Ricardo Gallo y por la cantante Juanita Delgado. Ambos son músicos con una amplia trayectoria dentro y fuera del país. Hemos visto a Ricardo en proyectos como Ricardo Gallo Cuarteto, Asdrúbal, El Ombligo, MULA, Romperayo y a Juanita en Comadre Araña, Alas de Prueba y Manguala. En este disco, “Canciones Internas y de Otras Partes”, este par de increíbles músicos deja ver su pasión por el género de la canción, la conexión que hay entre ellos y el trabajo que supone el reinterpretar canciones teniendo en cuenta la época, lugar y contexto en el que fueron concebidas. Escuchamos el disco que acaban de lanzar, Canciones Internas y de Otras Partes, lo discutimos, hablamos con Ricardo y con Juanita y acá les compartimos esta entrevista.


Es un proyecto sincero, auténtico, que nace del deseo de tocar lo que se quiere tocar como se quiere tocar. Suena íntimo, personal.

Ustedes dos hicieron un proyecto juntos antes, Cantos de la Nada. ¿Existe alguna relación entre este trabajo y Canciones internas y de Otras Partes?


Juanita: Si. Para mí algo que enlaza los dos proyectos es la “canción”. El lugar donde convergen la poesía y la música. Eso tienen en común esos dos proyectos aunque estén separados por una distancia conceptual y procedan de lugares del deseo muy diferentes.


Ricardo: La respuesta corta es no. Son proyectos que nacieron en momentos diferentes con motivaciones diferentes, aunque hay un vínculo aunque lejano del que hablo mas adelante.

Se percibe en este disco una correspondencia muy fuerte entre ustedes dos, a nivel musical y performático. ¿Cómo fueron descubriendo esa conexión tan particular? ¿Qué piensan al respecto, es algo que se da naturalmente, se puede desarrollar o ambas cosas?


J: Es un círculo sin fin. Existe una conexión porque somos amigos, porque nos conocemos hace tiempo, por empatía. Ahora bien, esa amistad y la confianza que nos tenemos, propicia un lugar de encuentro en la música que nos permite profundizar en los niveles de conexión musical. Entonces el tejido se complejiza. Pienso ahora en la diferencia entre extensión y profundidad y sin dudar, lo que buscamos es lo segundo. Para ir a lo profundo se debe escarbar, cavar, abrir, ahondar, hurgar…. Ricardo y yo hemos desarrollado nuestras estrategias como dupla para poder llegar a ello.


R: Creo que es un poco de las dos. Definitivamente hay una conexión previa porque nos conocemos hace años en la universidad y sabemos desde hace mucho rato que tenemos intereses comunes. Pero hace mucho tiempo no tocábamos y menos de una manera tan cercana como es en dúo, entonces eso fue en cierta manera algo nuevo y desarrollamos mas una conexión, inclusive hicimos algunas sesiones laboratorio de improvisación y de creación en conjunto.



¿Qué tiene que tener una canción para que decidan hacer su versión de ella?


J: En un nivel personal tiene que crearme una curiosidad, generar un reto o moverme mucho internamente. Puede ser por la riqueza de sus materiales, por la poesía o porque me genere mucho placer hacerla mía. Frente a la decisión consensuada puedo decir que es por una resonancia muy fuerte de los dos hacia la canción como material sensible.


R: Las canciones las fuimos proponiendo cada uno por alguna combinación de elementos que la hacen interesante, la letra, el contexto, algunas han sido versionadas muchas veces, otras nunca, y por supuesto características musicales interesantes para nosotros.

¿Cómo es el proceso de investigación, montaje e interpretación de las canciones?


J: Lo primero es jugar. Tocar, improvisar, volver a la canción, soltarla, darle espacio en nuestros cuerpos y volver a jugar… Hemos abordado la música desde un lugar muy tranquilo, de laboratorio, sin pretensiones de volver la canción lo que nosotros queremos y en lugar de ello, permitirle a la música que de señales de como quiere ser hecha… Yo veo como van apareciendo los materiales sobre lo que luego vamos a trabajar y me parece sorprendente lo que puede llegar a pasar si uno permite que las intuiciones se desarrollen orgánicamente y se conviertan en formas, melodías, armonías, texturas… Luego viene la toma de decisiones sobre lo que queremos que permanezca como estructura. Pero ésta existe como una guía, no como un camisa de fuerza, entonces la improvisación como evento vivo, como manifestación de un estado de ánimo y como fuerza vital del momento se puede hacer presente y hace que cada vez que tocamos cada canción sea una experiencia sonora diferente.


R: Pues es curioso porque al comenzar no sabíamos que el proyecto apuntaba hacia un dúo y hacia una colección de versiones en su mayoría. Las canciones fueron un vehículo precisamente para desarrollar una conexión, pero al meternos en el cuento de cada canción y hacerlo con varias nos dimos cuenta que teníamos un proyecto “paralelo” que se volvió el principal… Entonces al tener una canción primero la tocábamos de una manera más cercana a alguna versión previa u original, y luego comenzamos a añadir o quitar cosas. Y algunas canciones están cargadas de un contexto o de la historia de algún artista, entonces la investigación de estos aspectos aparece por curiosidad mutua.



¿De qué manera influye en el proceso de la interpretación su oficio de compositores?


J: A mi me confronta todo el tiempo. Si la música es una materia viva pues todo el tiempo se está construyendo material sonoro, creando.


R: Hay un proceso de análisis intuitivo que desvela elementos interesantes de cada canción para ser rescatados, acentuados, o visualizados, también una sensibilidad por la textura y de imaginar cómo arreglar la instrumentación en mi caso para el piano y cómo usar la voz en cuanto a color, registro, modulación etc. en el caso de Juanita.



¿Sienten ustedes que, de alguna manera, están reinventando las canciones que componen el disco o simplemente las están versionando?


J: Las estamos haciendo propias. Las estamos trayendo a nuestra experiencia, a nuestra vida. Las canciones ya están hechas y por eso ya tienen peso y valor. Mejor, soy yo la que se reinventa al cantar una de estas canciones.


R: Yo creo que la intención no era re-inventarlas, pero sí hacer versiones que tuvieran un sello propio, no simplemente tocar la canción. Tal vez la que llevamos mas lejos fue El Huérfano, originalmente un bambuco muy sencillo de tres acordes, y se volvió algo muy oscuro y minimalista sin alusión a ritmo de bambuco directa en el acompañamiento.



Ustedes hicieron el lanzamiento del disco en Nueva York. ¿Hay alguna razón en particular para que el concierto de lanzamiento haya sido en esa ciudad?


J: Fue una maravillosa sincronía.


R: Simplemente cuestiones logísticas y coincidencias de nuestras actividades, como también lo que nos tardó terminar el disco. Alguna vez pensamos lanzarlo en Colombia antes pero el disco no lo alcanzamos a terminar. En febrero coincidencialmente Juanita viene a Nueva York (donde yo estoy viviendo) a interpretar con un grupo multimedia en el que también estoy involucrado que tenía una función programada cerca a la ciudad de Nueva York. Entonces aprovechamos la venida de ella y que ya el disco estaba listo para hacer el lanzamiento en esta ciudad. Pero planeamos hacer uno en el futuro en Colombia.


¿Alguna de las canciones que incluyeron en el disco había sido tocada y/o grabada por alguno de ustedes antes en otro formato?


J: Yo grabé Lacho cuando estaba en la universidad con mi amigo Teto Ocampo y canté un arreglo que hizo Jay Rodriguez para un concierto que tuvimos en Barranquilla.


R: No sé si Juanita grabó o interpretó públicamente la canción de ella Pajarito, o alguna de las que ella escogió… Sé que ella había grabado Lacho con Teto Ocampo.


Ocho de las diez canciones que componen el disco pertenecen al repertorio tradicional de diferentes partes de América Latina. ¿Obedece a alguna razón en particular esta decisión en cuanto a la elección del repertorio del dúo?


J: Primero que nacimos en América Latina. Luego, que la música de tradición del mundo es muy bella y que mejor que empezar por lugares transitados tanto por Ricardo como por mí. Tercero, que la afinidad mutua nos llevaba inexorablemente a estas canciones.


R: Es una cuestión de identidad y afinidad. Nos interesa la música local, en el sentido amplio que pueda tener esa palabra, y eso va mas allá de las fronteras nacionales… Se podría decir que las cinco canciones colombianas, y tres de otros lugares de latinoamérica tiene que ver con afinidad particular con la música de alguna región o de algún artista. En mi caso Violeta Parra ha sido un gran referente y le propuse el reto a Juanita de cantar Maldigo del Alto Cielo, y ella efectivamente investigó mucho sobre Violeta para llegar a interpretarla. También quería desde hace tiempos hacer una versión de Águilas del Monte que se la escuché a Martina Camargo, y de El Mochuelo, que también resultó ser un reto para los dos conservar el alma de la canción sin tener toda la sonoridad de un conjunto vallenato. Juanita quiso hacer el Dos de Febrero. Junto con Águilas del Monte, estas dos fueron un reto para mi reemplazar tambores por piano, y para ella buscar la intensidad y el color apropiado en la voz. Juanita escogió Carinhoso, y creo que es al mismo tiempo un homenaje a la música de Brasil y en este caso a la calidez y riqueza armónica a la que puede llegar una canción muy popular de ese país.



Las dos canciones restantes (una en inglés: Black is the Colour, otra en euskera: Txoria Txori), resaltan dentro del resto del repertorio por razones obvias. Particularmente, se hace bastante llamativo el encontrar una canción en un idioma tan remoto como el euskera. ¿Por qué se escogieron esas dos canciones para ser incluidas en el disco? ¿Existe alguna razón tras esa decisión, o fue más bien una elección espontánea?


J: Yo tengo una vínculo muy fuerte con el País Vasco desde mis afectos y esa es motivación principal. Pero otra motivación muy importante es que cuando descubrí el euskera sentí que había encontrado una lengua que quería aprehender aunque fuera solo desde su sonoridad. El euskera es muy complejo y por ende, difícil de aprender. Pienso en el euskera como una forma de resistencia, un acción política si se puede decir, muy pocas personas en el mundo lo hablan y encuentro tremendamente poético, aguerrido y sensible que siga vivo en el País Vasco y sea su lengua madre. He sentido lo mismo por el aymara o la lengua de palenque y me mueve el hecho de que no tengamos como colectivo una inquietud grande que nos permita acercarnos a nuestras lenguas nativas. Por esos motivos propuse Txoria Txori.


Black is the Colour es una pieza sobrecogedora. Lleva años conmigo y tanto la canción como yo estábamos esperando el momento justo para dejar un registro de nuestro encuentro. Esta canción migró hasta mi y yo estaba preparándome para hacerle justicia. Así espero que haya sido.


R: Cada una tiene su razón. Black is the Colour me la propuso Juanita y me pareció interesante inmediatamente porque a mi también me encanta esa canción. Es una canción de las raíces del folk en Estados Unidos a través de canciones que llegaron de Irlanda y Escocia. Casualmente, una versión que nos gusta mucho a los dos es el arreglo que hizo Berio para sus Folk Songs. De hecho, esa obra Folk Songs fue un modelo para hacer “Cantos de la Nada”, ese es tal vez el lejano enlace. La canción Txoria Txori es del país Vasco y tiene que ver con una relación personal que tiene Juanita con gente de ese lugar. Y pues como las demás canciones, la canción en si misma es muy especial. También a Juanita le interesa la idea de los idiomas perdidos o a punto de perderse, y esta canción tiene ese elemento.




¿Tuvieron algún referente previo para la realización de este disco? (Es decir, ¿se inspiraron en algún otro disco o algo así?)


J: No.


R: No nos inspiramos en otro disco en particular, fue mas el resultado de un proceso de acercamiento que generó el repertorio del que es ahora un álbum. Las canciones fueron escogidas por alguna afinidad personal por cada una de ellas y al mismo tiempo y siempre por su valor estético y/o cultural.


¿Qué reacción esperan del público respecto a este trabajo?


J: Espero que cada persona que lo escuche lo disfrute, que le den ganas de escucharlo una y otra vez, que llore, que sonría pero que se le mueva alguna fibra interna. Que se le active la memoria y que pueda acceder a esos lugares profundos del recuerdo. Eso es lo que me pasa a mi todo el tiempo y por eso me gustan tanto las canciones.


R: Pues simplemente esperamos que lo disfruten escuchándolo. Por ejemplo para mi tal vez alguna canción (no voy a decir cuál) me parecía por fuera del conjunto; pero al entender que esa misma canción podría ser apreciada y disfrutada por otras personas pues valía la pena dejarla ahí.



¿Qué proyectos tienen para el futuro próximo?


J: Seguir mostrando este trabajo. Ya veremos la deriva hacia donde nos conduce creativamente, pero eso seguro se dará naturalmente.


Ya en otro ámbitos, Ricardo yo estamos trabajando en el proyecto que se ganó la beca de creación de gran formato del Julio Mario Santodomingo y el Jorge Eliecer Gaitán y que presentaremos en el segundo semestre del año. También haremos un concierto muy especial del dueto en el Julio Mario Santodomingo el 24 de agosto. Yo por mi parte empezaré a trabajar en una ópera de Santiago Lozano.


R: Por lo pronto seguir dando a conocer este trabajo. Seguimos buscando canciones, y tenemos algunas propias que quisiéramos montar. Y pues curiosamente la idea inicial de hacer un proyecto musical en conjunto (mas allá de un dúo o de versiones) sigue siendo una posibilidad aunque no hemos hablado de eso.



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